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Acerca de los "prisioneros de conciencia" resientemente liberados por el gobierno de Cuba y recibidos por el gobierno de España, aclarece, no por el pueblo español.
El único lugar que quizás los podría recibir a estos defensores de la buena vida, sería Miami, pues les resultan materia prima para su obra terrorista contra Cuba, y serían capaces de invertir una pequeña cantidad de dinero en ellos, claro sabiendo recuperado el esfuerzo luego de cobrar su parte del aporte del contribuyente a las fortunas de los frustrados mafiosos extremistas cuyo sustento es precisamente cualquier ediente historia que pueda servirles a sus propósitos de derrocar a la revolución Cubana, creyendo estos a su vez que sería posible. A estos patéticos personaje que sabiamente Cuba les ha entregado a sus defensores, les sobra tanta miseria humana, que no les permite comprender la realidad que les rodea, y ponen a quienes los defendieron en el lugar que ya se sabía tenían, por todos nosotros concedido, pero quizá inesperado para aquellos que se apresuraron a acusar a Cuba de tener presos de conciencia, evidenciando que la mierda no tiene conciencia.
Acerca de los "prisioneros de conciencia" resientemente liberados por el gobierno de Cuba y recibidos por el gobierno de España, aclarece, no por el pueblo español.
El único lugar que quizás los podría recibir a estos defensores de la buena vida, sería Miami, pues les resultan materia prima para su obra terrorista contra Cuba, y serían capaces de invertir una pequeña cantidad de dinero en ellos, claro sabiendo recuperado el esfuerzo luego de cobrar su parte del aporte del contribuyente a las fortunas de los frustrados mafiosos extremistas cuyo sustento es precisamente cualquier ediente historia que pueda servirles a sus propósitos de derrocar a la revolución Cubana, creyendo estos a su vez que sería posible. A estos patéticos personaje que sabiamente Cuba les ha entregado a sus defensores, les sobra tanta miseria humana, que no les permite comprender la realidad que les rodea, y ponen a quienes los defendieron en el lugar que ya se sabía tenían, por todos nosotros concedido, pero quizá inesperado para aquellos que se apresuraron a acusar a Cuba de tener presos de conciencia, evidenciando que la mierda no tiene conciencia.
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